Planificación Flexible
5 pasos para plantearte planear con flexibilidad
La flexibilidad implica la capacidad de dar respuesta a las circunstancias cambiantes a través de un proceso de planificación que supone establecer metas, realizar un seguimiento y un ajuste permanente de los planes _ para mi esta última idea es la más conveniente _ “un seguimiento y ajuste permanente”. Y para ello es muy importante que se pueda desarrollar y poner en práctica el ser personas con un pensamiento flexible, pues este permitirá el cambio en la percepción de las situaciones que se nos presente, ampliando los puntos de vista acerca de las cosas y generará una forma de pensamiento que conjugue multiplicidad de alternativas.
Esta es una habilidad ejecutiva que se
presenta como parte esencial en la solución de los problemas, inclusive
aquellos de la vida cotidiana. Por ende, si desarrollamos la habilidad del pensamiento
flexible influirá en forma
positiva en nuestros métodos de planificación. Comparto contigo algunas
ideas:
1-
Visualiza:
Se creativo, las imágenes mentales que
elaboramos, influyen en forma directa en nuestra vida consciente. En diferentes
imágenes mentales que te imagines puedes proyectar tus metas, los objetivos y
actividades que vas a necesitar plantearte para alcanzarla. Genera, míralas,
inspecciona cada una de ellas, trasformaras en aquello que realmente esperas
que sea, para ello necesitaras una mente abierta, libre de prejuicios, la
técnica de la visualización es usada en muchas áreas. Empléala, centra ahí tu
primera actividad, mira los sentimientos que te genera y permite que la energía
fluya creando lo que deseas primero en forma interna.
2-
Define tus
objetivos:
¿Qué deseas lograr?, ¿A dónde vas?, los
objetivos que te plantees son una base necesaria, pues teniéndolos claramente definidos,
estos serán tu foco, la luz que te guíen en tu plan y el proyecto que te haz
planteado. Recuerda que tus objetivos deben ser específicos, determinados a una
única acción concreta, de esta manera puedes plantearte dos o más de acuerdo al
proyecto, pero será más fácil a la hora de organizarlos, pues suele suceder que
los objetivos los definas en la primera fase de la planificación.
3-
Establece Plazos:
Emplea un calendario para programar
las actividades que llevaras a cabo, planteándote fechas mínimas y fechas tope,
teniendo siempre presente que estos plazos no son bajo ningún concepto fijos o estáticos.
La gestión que hagas del tiempo será una de los aspectos más importantes, la
idea es que trabajes dentro de esos plazos de tiempo, que puedas hacer,
desarrollar y trabajar en la o las actividades que te planteaste y te acercan a
tus objetivos.
¡Pero! Si es que no pudieses tener una
determinada actividad concluida en esos tiempos, pues ¡no pasa nada! Siempre podrás
darte más tiempo, siempre. En este paso, se consciente y procura potenciar y fortalecer
tus recursos, sobre todo los internos y para esto es necesario que trabajes en
forma realista.
4-
Aplica la
Continuidad:
Se constante, persistente, una vez que
inicies no te detengas vuelve ese proyecto en un ejercicio diario al cual vas a
dedicar un cierto tiempo (media hora, hora o dos o tres horas), esto es de
acuerdo a la flexibilidad de tu día a día, de acuerdo a tu deseo y a la disposición
que tenga para ello. Esto tiene que ver con ser también independiente de los obstáculos,
que debes saber y comprender, siempre pueden presentarse, ellos están ahí, en
cualquier lugar, no para acabar con tu proyecto, tu sueño o camino a la meta,
sino para pedirte quizá más esfuerzo y concentración, ellos estarán ahí para
convertirte en una persona capaz de manejar en forma operativa los momentos de estrés,
angustia y desilusión.
Recuerda, esos momentos vas a llegar,
el asunto estará, en que hagas con ellos.
5-
¡Hazlo!, ¿Qué es lo
peor que puede suceder?
En adelante solo pueden estar tus
logros posibles.
¡ÁNIMO!
Por: Isvethdaniela Acosta
Psicólogo FPV 7115
Email: isvethdaniela@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario