Cuando se está en épocas de constante cambio, personal, laboral, de residencia, ciudad, uno tras otro se dan, cambios y cambios... Cada uno en su particularidad puede hallarse en la situación de "comenzar de cero". Y en esos momentos es natural quizá para muchos, pensar en ¿Y ahora qué?, ¿Cómo hago… que debo hacer?, Ummmmm ¡Otra vez!
Cada una de esas interrogantes o inquietudes pueden traer momentos en que se deje de planear, actuar, accionar y hacer, dando espacio a otros pensamientos aún más negativos que a su vez generen que se pierda el foco que antes se tuvo, quizá en ese momento ya se es presa de la ansiedad y esto puede traer consigo la terrible procrastinación.
Es lógico plantear que esas preguntas realmente estén precedidas por la ansiedad, que ha de entenderse como normal, considerando que todo inicio presenta, la mayoría de las veces, algo nuevo y por ende desconocido y es sabido que todo lo nuevo y/o desconocido genera ansiedad; remos y miedo; nuevos lugares, un nuevo trabajo o un nuevo puesto de trabajo, con el nuevas personas, experiencias y vivencias que paulatinamente se pueden ir estructurado disminuyendo las sensaciones asociadas a la ansiedad. Es por ello, que al inicio, en medio de dudas, inquietudes y ansiedad, ese típico "cálmate" no sirva de nada y de hecho puede complicar aún más la situación de cambio en la cual nos encontremos.

Pese a las dudas, el hiperpensamiento y la ansiedad, resulta siempre favorable ir tras aquello novedoso, permitir a esa fuerza interna que nos impulsa conducir las cosas y descubrir que en esa nueva situación o circunstancia se pueden desarrollar grandes habilidades, resulta sin lugar a dudas algo muy especial.
Ahora, ¿Que hacer para no darle terreno de más a la ansiedad y evitar que termine nuestro día a día sumergido en ella?
Acá comparto algunas ideas que pueden aplicar y prevenir que esto les suceda.
1. Utilicen la regla de los dos minutos: Todas aquellas acciones que que se pensó en hacer y pueden tomar menos de 2 minutos... eso no lo planifiques, simplemente hazlo.
2. Da pequeños primeros pasos: Plantearte hacer pequeños movimientos que tomen no más de 5min y luego dejar la actividad. El asunto es comenzar a trabajar, cuando esto se hace el miedo comienza a desvanecerse, fortaleciendo la seguridad en ti mismo y eso te anima a seguir trabajando.
3. Crea rutinas, ellas ayudan: Una rutina genera hábitos y terminan dándose casi inconscientemente.
4. Toma decisiones, sigue tu tiempo, aprende a decir no, se vale tener miedo, que ello no sea causa para abandonar, no por lo menos hasta descubrir si se tiene potencial o no para aquello que se pensó hacer.
5. Hazlo público: Si se trata de un reto importante publicarlo, producirá sensaciones favorable y hará crecer el sentido de responsabilidad y compromiso para aquello que ahora se conoce, a fin y al cabo una de las cocas constante en la vida, es justamente el cambio.
Este post es un ejemplo de ello, no solía escribir y aunque lo este haciendo ahora, no deja de generar ansiedad el compartirlo el las redes (entiendo que eso sea normal).
Un nuevo cambio me coloca en un nuevo lugar, con todo lo que ello trae, quedarme estática no es una opción. Entonces me motivo y tomo acción, escribo y lo público; a penas va una semana, este será (si mal no estoy) mi séptimo post, para mi un reto entregarles contenido que a algunos quizá les pueda servir y me permita a mi misma crecer en esta nueva experiencia y en ella el compromiso conmigo.
_*"Aplazar una cosa fácil, hace que sea difícil, aplazar una cosa difícil la hace imposible*_"
George Claude Lorimer.
George Claude Lorimer.
Lcda. Isvethdaniela Acosta
Psicólogo MSc. Orientación de la Conducta
Psicólogo MSc. Orientación de la Conducta
No hay comentarios:
Publicar un comentario