Por nuestra naturaleza humana, cuán montaña rusa, algunas veces estamos subiendo y en otros momentos podemos vernos bajar.
Vivir requiere de un acto continuo que va incluso más allá del agradecimiento, la comprensión de nuestra forma, de la esencia que nos da energía, el alma quien somos y habita en esa casa llamada cuerpo que puede generará cambios y nos hace decir aquí y ahora.
Podemos resistimos a bajar, en nuestra fuerza, acciones, pensamientos (aquietar la mente) y emociones; pero igual, en algunos momentos es necesario también bajar. Al estar ahí, observar, respirar, concienciarnos de aquello que nos condujo a ese espacio, darnos cuenta de lo que le ocurre a ese cuerpo, a su mente y soltar, será entonces el momento de volver a respirar, dando gracias por aquello que has podido notar, mirar y admirar en ti mismo, sea en ese momento quizá, no tan positivo.
Seguir adelante implica en justa medida, tomar aquello que te forma y transforma en una nueva energía que se dispone a subir.
No se es sin los polos, buscar el equilibro entre ambos es el mayor de nuestros retos como personas emocionales. A veces se está arriba, a veces se está abajo.
...en la búsqueda del equilibrio vuelves a descubrirte subiendo. 😉
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