El equilibrio no inicia en el cuerpo, si bien su base está en el funcionamiento del cerebro, puede no existir alteración en la química cerebral y aún así, no conseguir recorrer algunos cuantos metros del borde o raíl del tren sin antes caer muchas veces.
Indispensable resulta el equilibrio en tu mente, el silencio en los pensamientos, la quietud interna que permita a tu cuerpo moverse solo, con peso ligero sin cargas, sin prisa.
La respiración profunda ayuda a relajar no sólo los músculos sino también la mente, es una práctica que a diario puedes realzar.
Lcda. Isvethdaniela Acosta
Psicóloga MSc. Orientación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario