Cambiar al Otro, controlar aquello que está fuera, por ende lejos de alcance, ser y estar; sólo para ver en el Otro situaciones que están dentro y pertenecen al mundo interno, a la historia de vida propia, a temores, miedos e inseguridades, sin buscar el acto consciente, resulta además de, una pérdida de tiempo para muchos, algo tremendamente desgastante.
Nada que ocurra fuera, nada que suceda por el Otro, porque fue hecho por aquel, nada que se observe en la actitud y conducta de un Otro, esta bajo el poder de cambio de aquel observador, es descabellado y por demás del Ego, pensar que así puede llegar a ser.
Sin embargo, el poder de cambio de todo ello esta dentro, porque pertenece al observador, por ende está en la acción del observador perturbado por la actitud de un Otro.
En mi consulta, preguntas y exigencias cómo: ¿Es normal qué él...?, ¿No entiendo cómo él o ella...?, " Ella o Él tiene qué..." Se hacen más presentes, en completa ausencia de consciencia de lo que esto trae consigo de aquel que pregunta buscando respuestas fuera de si mismo.
Cuando buscas un cambio es importante que preguntes y puedas a ti mismo responder. ¿Para quien es ese cambio?, ¿De quien es?, ¿Tiene eso que ver conmigo?, ¿Para qué espero este cambio?, ¿Qué estoy dispuesto a hacer para apoyar ese cambio? ¿Qué beneficios va a traer para mi?
Lo anterior, más el hecho de ubicar el momento presente en función de callar el afuera para escuchar el adentro, seguramente permitirá que consigas respuestas concluyentes y en consciencia plena tomes decisiones más saludables a ti mismo entendiendo que aquello observado en el Otro pertenece al mundo interno que lo notó.
Lcda. Isvethdaniela Acosta
Psicólogo MSc. Orientación.
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